No, no, no, yo no tengo un negocio.
A mi sólo me gusta dibujar.
Perdona si ves en mi cara una sonrisilla. No pretendo reírme, ni mucho menos reírme de ti.
Pero lo quieras reconocer o no, eso no cambia la realidad, y la realidad es que tienes o quieres tener un negocio. Y si no lo tratas como tal, nunca lo será.
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